Hola!!!! Qué tal estáis ??
Yo muy requetebien, aunque pensándolo bien, podría estar mejor. Sois muchas las madres con hijos pequeños o adolescentes las que me comentáis que os cuesta mucho incluir las verduras y hortalizas en sus platos.
Pues eso se va a acabar!!! Y de una forma más fácil de la que os podáis imaginar. Así que ya no habrá excusas ni quebraderos de cabeza pensando cómo podéis hacer para camuflarlas en sus platos.
Démosle la bienvenida a … los germinados!!!!

Los germinados o brotes representan la planta en potencia, tienen todo su potencial, toda su vitalidad, son alimentos vivos. Son muy ricos en sustancias de gran valor biológico imprescindibles para el organismo como las enzimas o las vitaminas. Cada día es más fácil encontrar germinados en cualquier supermercado.
Incluirlos en nuestra alimentación es muy fácil porque no hay que comer grandes cantidades y casi ninguno tiene un sabor fuerte o desagradable (bueno, los germinados de ajo sí… cómo no!). Además se comen tal cual los sacamos del envase. Sólo hay que lavarlos bien.
Los podemos incluir en las ensaladas, en tostadas, en los sandwinches… en lo que queráis pero siempre en crudo para que el calor no destruya sus propiedades.
Incluirlos en los platos de los niños o adolescentes a los que no les gusten las verduras es una buena forma de asegurarnos que comen vegetales llenos de minerales y vitaminas imprescindibles para su crecimiento..
Y por qué son tan especiales los germinados ??

Pues porque (valga la redundancia) son germinados. Y es que es precisamente en el proceso de germinación donde se predigieren o desdoblan los nutrientes de la semilla.
Cuando una semilla tiene agua, oxígeno y calor empieza a germinar para formar una nueva planta, que a su vez producirá nuevas semillas. En este proceso se ponen en marcha muchas reacciones químicas, por ejemplo, moléculas de almidón o de proteína se rompen en otras más pequeñas, incluso, se pueden llegar a sintetizar sustancias como la vitamina C (que antes no estaba presente en la semilla) o la clorofila.
Esto hace que su digestión sea muy fácil y permite que ciertos alimentos puedan consumirlos personas intolerantes. Es decir, si yo soy intolerante al garbanzo, el germinado de garbanzo me sentará mucho mejor y me beneficio de sus propiedades. Esto es así porque están predigeridos.
Tienen muchísimas vitaminas, minerales, enzimas, aminoácidos, hidratos de carbono, clorofila… Tienen propiedades medicinales ya que estimulan los procesos digestivos, regeneran la flora intestinal, son antioxidantes, depurativos, y remineralizantes.
Por cierto, germinar en casa es muuuuuy fácil. Es como nos enseñaron en el colegio:
- Ponemos a remojo, con bastante agua, las semillas en un frasco de vidrio y lo tapamos con una tela.
- Dejamos reposar las semillas durante 12 horas en un lugar oscuro y cálido.
- Pasadas doce, desechar el agua y enjuagarlas con agua tibia.
- Luego enjuagar y cambiar el agua dos o tres veces diarias hasta que se vean los brotes. Suele ser pasados 3 a 5 días.
Podemos hacer germinados de alfalfa, de cebada, de trigo, de arroz, de soja, de lentejas..

El germinado de alfalafa se considera el germinado con más concentración de nutrientes que otros. Es un gran remineralizante y ayuda a combatir el cansancio y fragilidad. Tiene vitaminas A, B, K,E y C . Y minerales como el calcio, magnesio, portasio y hierro. Tiene muchísimas enzimas que ayudan a digerir las proteínas, las grasas y los carbohidratos. Limpia y tonifica los intestinos. Gracias a la cantidad de enzimas que tien ayuda a digerir y asimilar las proteínas, grasas e hidratos.
El germinado de trigo tiene un sabor dulce por los azúcares que contiene. Previene infeccionones, y es regenerador celular.
El germinado de brócoli es anticancerígeno. Muy antioxidante. Estimula la producción de enzimas que interviene en la detoxificación del hígado.
El germinado de fenogreco es un limpiador sanguíneo y renal. Contiene fósforo y hierro.
Os recuerdo que es o mejor consumirlos ecológicos y lavarlos bien antes de emplatarlos.
Que comáis mucho y bien!!!