Hola! ¿Qué tal estáis? Yo muy bien, feliz!!!
Hoy os voy a hablar de otro tipo de nutrición, tan elemental para mí , como la que ya conocemos. En esta no hay grasas, ni hidratos, vitaminas o proteínas. Y no es tangible.
Bueno no lo voy a hacer yo. Os lo va a contar un conocido por todos vosotros, Albert Einstein. Quiero mostraros ( aunque supongo que algunos la conoceréis ) una de las cartas que le envía a su hija.
La encontré en el libro que me estoy leyendo ahora, se llama ‘Genética de la Emoción: El origen de la enfermedad’ del Dr. Antonio Alcalá Malavé. Especialista en oftalmología de la visión, neurocientífico, experto en hipnosis clínica regresiva, bioquímica cerebral, biología neuronal y ADN. Tiene 4 premios nacionales de Medicina y es Académico correspondiente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cadíz y académico de mérito de la Academia Malagueña de Ciencias.
Me compré el libro, por el título.
Hipócrates ya decía que la enfermedad empieza en la parte emocional. Decía que si ésta no estaba bien, equilibrada, el cuerpo se debilita y puede aparecer la enfermedad. También para la Medicina Tradicional China la parte emocional es tan importante como la física. Para ellos , los órganos se expresan en sígnos como las lágrimas o la alegría , o síntomas como la pena, el rencor o la ira. A estas teorías no todo el mundo le da importancia. Yo me lo creo » a pies juntillas » . Yo creo que el cuerpo no se puede separar de la mente, ni la mente del cuerpo.
Bueno, como lo prometido es deuda aquí os dejo la carta. Fue su propia hija quién donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea , con la orden de no hacer público su contenido hasta dos décadas después de su muerte. Esta es una de ellas, a ver qué os parece:
Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo. Te pido, aún así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no ha sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el amor. Y la forma de llegar a él es la mística.
El amor es la luz, dado que ilumina a quién lo da y lo recibe. El amor es gravedad, por que hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo, El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El amor es Dios, y Dios es el amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Esta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E=mc 2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y el control de las otras fuerzas de universo, que se han vuelto0 contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser si tiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estamos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asoman el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva e su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quintaesencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.
Tu padre.
ALBERT EINSTEIN
Hasta la semana que viene.
Que comáis mucho y bien!!